No hay nada más desesperante que encontrarse ante un problema cuando el tiempo aprieta. Imagínese estar aparcando, con una fila de coches detrás, y sentir que el embrague no funciona correctamente y que no entra la marcha atrás. Estresante, ¿verdad? Hay ocasiones en las que usamos un embrague nuevo y no entran las marchas. ¿Quiere saber por qué pasa esto? Se lo contamos.
El embrague y la caja de cambios
El embrague es el pedal encargado de hacer la transmisión de marchas para que el motor funcione correctamente y transmita la potencia necesaria a las ruedas. Cuando pisamos el embrague y movemos la palanca de la caja de cambios manual, enviamos una señal al motor para que cambie el nivel de revoluciones del vehículo para vencer la resistencia que presenta la trayectoria (aerodinámica, pendiente en carretera, etc.).
Cuando apretamos el embrague y sentimos que no podemos cambiar de marcha, ya sea por resistencia de la palanca o porque se quede una marcha bloqueada, estamos ante un problema grave. Es probable que si prueba a hacer el cambio con el motor apagado, sea bastante más sencillo. Vale, pero es que necesito hacerlo con el coche en marcha. ¿Qué hago ahora? ¿Cuál es el problema?
¿Por qué no entran las marchas?
Existen varias respuestas posibles a esta pregunta. Es evidente que el problema está relacionado con la caja de cambios o con el propio sistema del pedal. Le detallamos a continuación las averías más habituales en este tipo de casos:
Fallo en el sistema hidráulico
El embrague funciona gracias a un sistema hidráulico que lubrica el pedal para que este pueda ser accionado con facilidad. Cuando falta aceite o el sistema de accionamiento hidráulico no funciona, la primera señal suele ser la dificultad para embragar correctamente.
Desgaste del disco del embrague
Con el paso del tiempo, el disco del embrague puede desgastarse. Si pisamos el pedal a fondo y seguimos teniendo problemas para embragar, es posible que haya que cambiar este disco.
Falta de alineación en los engranajes de la caja de cambios
Para poder hacer los cambios necesarios en la caja de cambios, hay una serie de ruedas en el sistema de transmisión de marchas que interactúan entre sí con ayuda de la palanca. Estas ruedas están alineadas para una correcta transmisión. En algunos casos, nos cuesta especialmente meter una marcha en concreto y oímos un gruñido y sentimos una vibración al intentar activarla. Puede ser indicativo de que alguno de los engranajes no está alineado y haya que ajustarlo.
Deformación de las varillas del cambio
La conexión entre la palanca y la propia caja de cambios está formada por una serie de varillas. Si estas varillas se deforman o dañan, el vínculo entre las dos partes se ve afectado y habrá que volver a ajustarlo y lubricar.
La buena noticia es que todos estos problemas tienen solución, aunque le recomendamos no dejar para más adelante la reparación de la caja de cambios para no empeorar las cosas.